El pollo era la proteína más económica por lo que su consumo había repuntado; no obstante, para muchas familias sus ingresos ya resultan limitados para adquirir este alimento.
Y es que en Venezuela, la descontrolada inflación se ha llevado la buena alimentación del ciudadano, quien tiene que ingeniárselas para poder llevar aunque sea pan a su hogar todos los días. El precio de los productos aumenta exageradamente a medida que pasan las semanas y sin ánimos de detenerse.